Fue 2 a 2, 5
expulsados y un reparto de puntos que al rival lo dejó chocho de la vida.
Para este clásico
llegaban los clasificados y solo se jugaba por el honor. Para ello Alberto
Méndez dispuso a Emiliano Córdoba; Claudio Gómez Maciel, Sebastián Tarbuch y
Eduardo Estibau; Mario Buceta, Agustín Méndez, Iván Zaragoza (Nicolás Caloni) y
Jonathan Sánchez; Jorge Paulos (De los Santos), Emiliano Aramburu y Manuel
Carillo (c) (Danilo Cremonte).
El partido de
arranque fue aburrido, se jugaba al pelotazo, se repartían la pelota en el
medio y no había situaciones claras.
Para la 1er media
hora solo hubo una llegada por lado (la de Unión, pelota al poste de Carrillo) y todo muy friccionado.
A los 37’ llegó
un tiro desde afuera de Jorge Paulos, la pelota le pica mal al arquero y Unión
se pone arriba en el marcador.
A pesar de la
diferencia, todo estaba muy tranquilo hasta que aparecieron los personajes
nefastos de siempre. En este caso una “figurita” repetida que se encargó de
ensuciar un clásico. No vale la pena ni nombrarlo (con solo decir que es
hermano de uno que jugaba, después fue DT, ahora juega de nuevo, etc., un
quilombo) solo se encargó de pegar sin pelota para la expulsión del árbitro
Fizz, ahí un empujón con Estibau y el árbitro echa también al defensor tortero.
La discusión
siguió cuando se iban a los vestuarios. Ahí empujones y alguna piña que voló
sirvió para que haya un tumulto generalizado donde después de calmada la
situación Fizz también expulsara a Gómez Maciel por el lado de Unión y otro de
ellos más un suplente. En síntesis, 44’ del PT, 9 contra 9 y todo el
complemento por delante.
En el St
inferioridad numérica y mucho espacio
hicieron que el partido fuera mas de ida y vuelta con Sport tratando de
ir a buscar el empate y Unión jugando mas de contragolpe.
Así fue gran parte
del periodo pese a que Unión seguía yendo en busca del 2do, hasta que a los 32’ llegó el empate visitante con un tiro desde afuera. Ahí Unión siguió atacando y
a los 37’ en un jugada que la tocaron varios y que derivó en un centro del
“vasco” Aramburu para que Manuel Carrillo de espaldas al arco aguantara la
pelota, se diera vuelta y ponga el 2 a 1 parcial.
Otra vez igual,
Sport fue con lo poco que le quedaba y en tiempo de descuento, un centro atrás
y gol visitante que se festejó muchísimo (sacada de camiseta, pirotecnia,
descontrol, etc.) comparado con una final.
Esto no fue que otra cosa que un clásico más que solo servía para la estadística, a pesar de los boludos de siempre que arruinan lo que puede ser una fiesta con el solo hecho de tener un poquito de protagonismo con 1 minuto de fama.
El exceso en los festejos da para pensar que Unión es muy grande y le quieren ganar o EMPATAR todos, o los otros son muy chicos y el empate es un resultadazo que seguramente terminará en altas horas de la madrugada.
Algo muy rescatable por el lado de Unión fue la entrega y el sacrifico de todos los jugadores multiplicándose ante la inferioridad numérica y el muy buen planteo técnico, que de entrada sirvió para neutralizar y ponerse arriba en el marcador y después de las expulsiones las variantes para llevar adelante un partido complicado que por muy poco pudo haber estado en el bolsillo tortero.