La principal atracción era el futbol, por lo que los equipos unionistas iban teniendo cada vez mayor importancia y la gente se iba identificando con Unión. De esa manera se llegó a la gran popularidad y la hinchada con más convocatoria de la zona.
En el año 1950, se consigue la personería jurídica y se pasa a llamar Club Social y Deportivo Unión y Fuerza.
Ya con el apodo de “torteros” (por los orígenes fundacionales en una panadería) fueron pasando los años hasta convertirse el club que mas títulos locales obtuvo (mas precisamente 15 oficiales y 1 Recopa) en la Liga Magdalenense.
Ninguna otra institución logró esa cantidad de títulos en los años que le dedicaron a la vieja Liga Magdalenense y mucho menos a las demás ligas donde pudieron haber jugado.
En el año 1979, se deja de utilizar la tradicional, hasta ese momento, camiseta blanca con la franja horizontal azul y se cambia por la amarilla y negra, pues el estatuto fundacional menciona esos colores como los adoptados en un principio.
Esa reciente camiseta trajó una nueva estrella para las vitrinas de la calle Maipú.
La supremacía “tortera” se dio en su máxima potencia en la década del ’80, donde se consiguieron 6 campeonatos, más torneos “Preparación” y demás copas.
Equipos plagados de figuras que engrandecían la competencia y se cansaban de sumar trofeos.
Una prueba de eso fue el complot del resto de los equipos de la Liga en 1988 donde se suspendió el campeonato en la 2da rueda para impedir otro titulo “aurinegro”.
Tanta seguidilla de campeonatos ganados hizo que la liga se devaluara y los equipos dejaran de participar, así como la gente del resto de los equipos perdió interés, dado a que siempre el campeón era el mismo.
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Un hecho histórico se produjo en 1993, cuando se consiguió el torneo “Clausura”, ganándole la última fecha al Sport Club y dando la vuelta olímpica en terreno visitante, con los “primos” como testigos principales.
Ese 1 a 0, con gol de Raúl Montes de Oca (actual integrante del plantel de 1º) echó al Sport de la liga, abatido y cansado de perder clásicos y ver a su rival campeón constantemente y buscar nuevos rumbos en la Liga Platense.
Los éxitos continuaron hasta 1996 que fue el último año de la liga local y lógicamente Unión fue el último campeón.
Después vino la participación en la Liga Chascomunense hasta el parate de la actividad futbolística, debido a la inversión del predio de la quinta.
Se volvió al futbol, con el protagonismo correspondiente y ese regreso vitalizó a la Liga Chascomunense en la zona de Magdalena.
Así nos encuentra hoy, esperando el inicio de un nuevo torneo y trabajando en post de un Unión y Fuerza un poco más grande.
Esta síntesis muy reducida de nuestra rica historia es para saludar a la familia tortera y levantar las copas (tenemos muchas), brindando por la grandeza de Union y Fuerza en estos primeros 68 años de vida.
