Siempre que llegan estas instancias pasa lo mismo.
Arbitrajes dudosos donde siempre son el centro de la critica, pero acertadas en fin.
Leyendo varios medios de comunicación de la Liga Chascomunense encontramos críticas de diferentes equipos sobre los arbitrajes, denunciando a los refferees y jueces de línea, marcando los errores de los que son victimas muchos de estos equipos y en varias categorías.
Nosotros solo nos dedicamos a hablar de Unión, que es el equipo que nos interesa y del que somos hinchas. (Si hablamos de otro es porque lo enfrentamos como rival) y en muchos casos hemos criticado actuaciones de nuestro equipo o planteos tácticos porque mas allá de ser hinchas tratamos de ser objetivos y no le echamos la culpa a los árbitros ni lloramos, porque no es nuestro estilo ni lo permitiría nuestra rica y gloriosa historia.
(Sería tristísimo y caeríamos muy bajo en culpar al arbitro o a un línea cada vez que se pierde un partido)
Sin ir muy lejos, el domingo luego del partido, marcamos que el primer tiempo del equipo fue malo y pudo haber influido en no haber traído una victoria de Verónica, pero ahora apuntamos a los arbitrajes.
La labor de Yano fue claramente perjudicial para Unión, cargando de amarillas a varios jugadores nuestros (algunos por protestar con justa razón), haciendo la vista gorda en las faltas cometidas por los locales (principalmente el Nro 5 Ríos, que luego de hacer mas de 9 foules, recién a los 83’ vio la amarilla), inclinado la cancha para juventud y compensando cada vez que pitaba para el visitante.
Nosotros entendemos que los árbitros sean malos (pueden no estar capacitados de la mejor manera ya que no son profesionales en esa labor) y mas aún que se equivoquen porque son seres humanos como cualquiera, pero nos damos cuenta cuando alguien hace las cosas mal a propósito.
Si un árbitro trata de hacer las cosas bien y está convencido de lo que cobra, no tendría problemas en dirigir correctamente, mas allá de las camisetas de los equipos.
Pero el domingo se vio una labor impresentable de un ¿señor? prepotente a la hora de dialogar con los jugadores, autoritario, compensador y claramente favorable a uno de los 2 equipos.
Ese es Jorge Yano que quiere ser protagonista disfrazándose de antihéroe, cuando el protagonismo lo tienen que tener los jugadores. ¿O acaso alguien paga una entrada para ver como dirige un juez?
Si un árbitro cobra bien, casi siempre pasa desapercibido, que es lo que tiene que suceder. A veces hay algún insulto por pitar para el otro equipo, pero es lógico y en el fondo los hinchas entendemos que “era para el otro lado”.
Así Yano como varios de su camada, son los principales en incitar a la violencia y descompaginan los parámetros normales de un partido de futbol.
Ese es nuestro mensaje, cansados de ver como nos meten la mano en el bolsillo.
Gracias a Dios y al esfuerzo de nuestra gente, tratamos de tener un equipo competitivo que hace buenas campañas jugando un futbol limpio y sin recurrir a todas las artimañas extradeportivas, pero siempre cae un “Yano” que tiara a la basura el sacrificio y la ilusión de un grupo de gente que se esta cansando de ver siempre lo mismo.
Esperemos que no se vuelva a repetir.